Leandro Witruk, un ejemplo de empeño y superación
«Mientras más gente me diga que no puedo, más ganas me dan de hacer cosas»
Ciudad Natal: Hurlingham, Argentina
Edad: 24 años
Lugar de Residencia: Hurlingham, Argentina
Leandro Witruk es dueño de una fuerza de voluntad inquebrantable. Gracias a eso logró superar todos los obstáculos que le presentó la vida desde el primer instante: su historia es un ejemplo de empeño y superación.
Leandro nació con una malformación congénita por la cual su pierna izquierda no completó el desarrollo: le falta la mitad de la pierna. Siendo un bebé de meses entró repetidas veces al quirófano. Los médicos le realizaban intervenciones quirúrgicas para tratar de mejorar su calidad de vida. “Al principio para mí era un juego; me llevaban al quirófano, me daban juguetes y me quedaba dormido. Pero cuando despertaba de la anestesia lloraba de dolor”, recuerda.
Cuando aún no había cumplido un año -tenía sólo nueve meses- le colocaron una prótesis. Gracias a su hermana mayor, Laura, aprendió a caminar al año. Un día ella, mientras jugaban, lo alzó, lo puso de pie y se fue corriendo. En su afán por perseguirla, Leandro comenzó a dar sus primeros pasos ante la mirada atónita de sus padres. A partir de ese momento no hubo obstáculo que no pudiera sortear.
Su pasión por el rugby comenzó en el año 2007 cuando, poco tiempo después de haber cumplido quince años, acompañó a un amigo que entrenaba en el club del barrio. Ese día lo invitaron a participar de la práctica y a partir de entonces comenzó a entrenar dos veces por semana y a jugar los sábados. Recuerda que un profesor del colegio lo desalentó de continuar con el rugby; decía que podía lastimar a alguien. Leandro encontró un gran apoyo en su padre que, al enterarse de lo sucedido, le mostró un álbum con fotos de personas discapacitadas que practicaban deportes. Eso lo llenó de coraje y decidió demostrarle a su maestro lo equivocado que estaba.
Pero la vida le jugó otra mala pasada: la Unión de Rugby de Buenos Aires le negó la autorización para participar en competencias oficiales. Acostumbrado a no darse por vencido ni aún vencido, junto con los integrantes de la Comisión Directiva de Hurling club, apelaron la decisión. Y lograron revertir el fallo del organismo.
A pesar de la incredulidad de muchos, gracias a su enorme esfuerzo y perseverancia y al apoyo de quienes creyeron en él, Leandro actualmente juega al rugby de tercera línea en el plantel superior de Hurling, el club que le abrió las puertas desde niño.
Fuente: Summit Aconcagua