HistoriaPrimer Predio de Hurling

hc-deportes-gaelicos-bg El 11 de agosto de 1922, se alquila al Banco de la Nación Argentina un predio deportivo que esa institución tenía en la calle Carrasco en el barrio de Floresta. Se acondicionan los terrenos alquilados y se planean 2 canchas de hurling, canchas de tenis, juegos para niños y un salón de té. La inauguración se hizo el 15 de agosto y una semana más tarde – el 27 de agosto de 1922 – se funda oficialmente la Federación Argentina de Hurling. Esa es la fecha de fundación del actualmente denominado Hurling Club. En el 2007 se festejaron los 85 años de existencia.

A veinte meses de instalados jugando al hurling, tenis, bochas y pelota a paleta en un cercano frontón de la calle Ramón Falcón, cuando en abril de 1924 llega la orden de desalojo por decreto municipal. Se tenían que abrir y pavimentar calles en la zona. Se empieza a buscar otro lugar que no esté muy lejos y a más de 20 cuadras del predio de Carrasco, alejándose de la Avda. Rivadavia, se ubican unos terrenos de 30.000 yardas cuadradas ubicados en Villa Devoto. Estaban ubicados en la calle Santo Tomé, casi en su intersección con Sanabria y se vendían a $ 4 la yarda. El presidente de la Federación, no puede convencer a los asociados para que se embarquen en la compra total del terreno. Unos opinaban que la zona era alejada y descampada. Otros opinaban que era mejor alquilar. Finalmente, se arriendan parte de esos terrenos, con entrada sobre la calle Santo Tomé 4164. Pasó muy poco tiempo y los terrenos que no se compraron a $ 4 la yarda, se empezaron a vender a $ 20 la yarda.

La vida en el club en Devoto se caracterizaba por los ardorosos campeonatos de hurling y las frecuentes visitas que hacían los jugadores de los equipos al Hospital Zubizarreta para que le pongan algunos puntos de sutura o algún yeso. Los sábados y domingos, la guardia del nosocomio tenía más trabajo que el de costumbre. Algunos de los clubs que jugaron al hurling en las distintas épocas fueron: Buenos Aires Hurling Club, Mercedes, Wanderers, Beama Boaghaid, La Plata Gaels, Almirante Brown, Capilla Boys, Saint Patricks Ex−Alumnos, Saint Patricks Mercedes, Fahy Boys, Saint Paul, Irish Argentines, Juniors, New Lads, Santos Lugares, Club Nacional y Belgrano.

Además de jugar al hurling, en 1930 se invitó a través de un aviso en el diario The Southern Cross, a las damas de la colectividad y allegadas a formar un equipo de hockey sobre césped. Se presentaron muchas entusiastas y en 1931 con el nombre de Golden Wings empezaron a competir en los torneos de este deporte. Otros deportes que se practicaban en los primeros tiempos en Villa Devoto eran el atletismo, el tenis y las bochas. También se hacían reuniones sociales, tes, bailes de caridad, representaciones artísticas y kermeses.

Todo andaba sobre ruedas. La Segunda Guerra Mundial en 1939 trae aparejado que se dejen de importar los hurleys ó camáns. Esos palos que estaban hechos de la madera del ash-tree irlandés no pueden fabricarse en Argentina. Se busca por varios lugares, especialmente la zona del Delta, pero no se encuentra ningún árbol argentino con la flexibilidad de la madera de ese árbol que crecía en la verde Erin. Para 1941 ya no había actividad de hurling por falta de palos. Los muchachos no sabían que hacer. Era como si a un tenista le piden que practique su deporte sin raqueta.

Debe haber sido importante la decisión de Eamon DeValera que como Presidente de Irlanda impidió el uso de los puertos irlandeses a la Armada Británica. Esto produce serias sanciones por parte de Gran Bretaña a Irlanda. Argentina que se pronuncia neutral y alejada del conflicto no debe haber sido una posición muy incómoda. La mayoría de los socios trabaja en firmas inglesas y si bien no olvidaban el trato propinado a sus ancestros la relaciones con los británicos eran por demás cordiales.

En mayo de 1941, al no poderse jugar más al hurling y siendo todos socios de un solo club, en lugar de estar divididos en 7 u 8 equipos, se cambió el nombre de Federación Argentina de Hurling por la actual denominación de Hurling Club. Aquellos que habían tenido fuertes encontronazos y partidos duros dentro de las canchas de Carrasco y Santo Tomé, ahora debían a pasar a ser compañeros en el mismo club. Defendiendo una camiseta que sería común a los integrantes de esos 7 u 8 club, que hasta hacía poco se mataban en la cancha para ganarle al que ahora pasaba a ser su par.

Una integración difícil de lograr, pero que se pudo conseguir sin mayores problemas, porque todos avizoraban el nacimiento de un único club irlandés, más grande y más fuerte. Además ya muchos de los jóvenes que habían comenzado jugando para los equipos de hurling de las ciudades del oeste de la Provincia de Buenos Aires, ya vivían en Buenos Aires adonde se habían trasladado para conseguir trabajo.

Gran parte de los ex-jugadores de hurling se dedican a partir de ese hecho a jugar al hockey sobre césped, deporte que conocían a través de ver los partidos de las Golden Wings y además consideraban que se podían destacar en el mismo dada la habilidad que tenían en el manejo del palo de hurling. El instrumento usado para el hockey sobre césped era algo diferente pero ya lo dominarían. Practican y juegan amistosos durante lo que resta del 1941 y todo 1942 y se inscriben en los torneos de la actual Asociación Amateur de Hockey sobre Césped.

Otro grupo no tan numeroso de gente como el que se inicia en el deporte del palo y la bocha, empieza a jugar al rugby, cumpliendo con los partidos amistosos que requería en ese entonces la Unión de Rugby del Río de la Plata, actual UAR, para poder afiliarse.

Pero nuevamente llega la amenaza de la apertura de calles. Y la de un probable desalojo. A fines de 1942 una asamblea decide emitir bonos contribución, para empezar a juntar dinero para comprar un terreno y afincarse definitivamente en un lugar.

Para fines del año 1945 se había juntado la plata y el 12 de noviembre de 1945 se compran las 7 hectáreas y media que el Hurling Club ocupa actualmente, escriturándolas en el mes de diciembre de 1945. Los terrenos comprados eran usados para el pastoreo de ovejas y pronto se convirtieron en un club.

La mudanza se hizo a pulmón y lleva tiempo. Se empieza a mediados de 1946 y recién el 25 de Mayo de 1948 se puede hacer la inauguración oficial. Ese día se jugaron 2 partidos con club muy allegados al Hurling: al hockey con los chilenos del Club Manquehue y al rugby con los amigos de Pacific, hoy San Martín.

Finalmente teníamos club propio. Ya no debíamos alquilar más. Ese día fue fundamental en la historia del Club. El 22 de agosto es la fecha de fundación de la Federación Argentina de Hurling, que se convertiría en 1941 en el Hurling Club, pero el 25 de Mayo es el día que tuvimos club propio. Por eso cuando cae el cumpleaños de la Patria, los Verdes también festejamos nuestro aniversario.

No debemos olvidarnos en estas páginas dedicadas a la historia institucional, la noche negra del 14 de febrero de 1955, cuando se incendió el Club y quedó reducido a cenizas. Un cortocircuito en la instalación eléctrica provoco el inicio de las llamas, que se propagaron con gran velocidad dado que el club era de madera y chapa. A la mañana entro a correr la voz y gran cantidad de socios empezaron a llegar al club, donde ante el espectáculo de los hierros retorcidos se escapaban las lágrimas.

Solo se salvó una parte de los vestuarios. Fue allí que nos dimos cuenta que teníamos grandes amigos. Que se hicieron presentes para ayudarnos a levantarnos nuevamente. El Hurlingham Club prestó la gran carpa que servía de gran salón, en la que se armó el bar y donde recibíamos a nuestros ocasionales visitantes. El Círculo de Villa Devoto abrió sus puertas a los socios del Hurling Club que pasaron a poder usar todas sus instalaciones. La gente de Pacific organizó varias fiestas, cuya recaudación nos sirvió para comprar materiales y volver a poner en pié al querido Hurling Club. Sería muy largo enumerar a todos los que nos ayudaron durante aquella desgracia. Pero todos estuvieron.

Fueron los mismos socios lo que armaron el club de vuelta. Bajo el nombre de Los Horneros, los socios que sabían un poco de construcción eran los que comandaban los trabajos y el resto aprendía a montar chapas de fibrocemento, clavar hardboard, a pintar paredes, etc. En general, los que instruían a los novatos eran Julían Ledwith y Rudy Stark, que eran de esos tipos que se dan maña para arreglar cualquier cosa. Las mujeres también ayudaban y se dedicaban también a pintar, armar y limpiar, pero además hacían tortas para cuando venía el descanso del té. Los chicos de las inferiores del hockey y del rugby le arrimaban las cervezas a los que en pleno verano sudaban armando y clavando el techo.